Carlos Gargallo en "El Mundo" año 2002

Como anécdota, copiamos un artículo publicado sobre nuestro cantante en "El Mundo"
http://www.elmundo.es/2002/08/17/uve/1207372.html



Sábado, 17 de agosto de 2002
AÑO XIV. NUMERO 4.640.

Memphis
«Elvis, ruega por nosotros»

Miles de personas se dieron cita en la vigilia que celebró el 25 aniversario de la muerte de Elvis Presley, convocada en la puerta de su mansión, Graceland, donde se encendieron más de 20.000 velas y sonaron sus mejores canciones

CARLOS FRESNEDA

Carlos Gargallo quiere que quede bien claro que su traje, un espectacular jumpsuit blanco, como los que usaba Elvis, se lo cosió en Zaragoza su tía Marina. El tupé, las gafas y las patillas son cosa suya. Pero su éxito en la gran noche del 15 al 16 de agosto de 2002 quiso compartirlo desde Memphis con su lejana tía: «Va por ti, Marina».

«Español, sí, torero», confesaba Carlos Gargallo, el Elvis maño, cada vez que una americana le paraba por la calle para hacerse una foto con él. «Mucho gran chichi en España», le dijeron, y otras cosas que mejor no reproducimos aquí por no herir la sensibilidad de Eli, su mujer, que asistió incrédula al fulgurante arranque de fama del zaragozano a las puertas de Graceland.

«¡Hay que ver lo bien que me lo paso haciendo el paripé!», presumía Gargallo, perfeccionando la pose y modulando la voz como lo lleva haciendo desde que tenía 14 años, y son ya 40.

Gargallo, que trabaja en el mantenimiento de ascensores y se dedica a esto en sus ratos libres, lleva la voz cantante del grupo El-bis y Los Ibéricos, (ahora en "El Bis y Los Preslis") allá por las riberas del Ebro. Nunca, ni en sus mejores sueños, imaginó su particular Operación triunfo de la otra noche a orillas del Mississippi.

«Por favor, por favor, le puedes cantar el cumpleaños feliz a mi sobrina, que es una fanática de Elvis», le exigía a gritos otra lugareña, pasándole urgentemente el móvil a nuestro El-vis, que cumplió con un toque de incorregible humor. «Happy birthday to you... ¡Ni que fuera la Marilyn Monroe!».

Otra jovenzuela, anchísima de michelines, quiso retratarse con él y le pasó la cámara a una amiga. «No sé yo si vamos a caber en la foto...», insinuó el maño. La americana sonrió como si le acabaran de echar un piropo; se ve que no entendió.

Y así toda la noche, lo menos 100 veces: 100 flashes entre las 20.000 velas o así que vibraron con el Memories de Elvis y bailaron con el gracejo incombustible de nuestro Elvis ibérico, que nos animó la alicaída noche pasada por rayos, trombas y truenos.

A diferencia de muchos otros impresionators, como él mismo dice, Gargallo no cree en las reencarnaciones ni busca capturar el espíritu del rey del rock. Lo que él hace es imitarle, sin presunción alguna, y nunca hasta ahora se había atrevido a salir a la calle vestido de esta guisa, en lugar y fecha tan memorables.

El buen rollo duró toda la noche y dejó constancia del paso por Graceland de la nutrida delegación del Club Elvis de España: 52 fans que mantuvieron la llama viva durante toda la velada del 25 aniversario, a pesar de las inclemencias del tiempo y de la eterna cola para llegar a la tumba del rey en la colina de Graceland.

Gargallo se puso solemne como el que más llegado el momento.Algo tiene la tumba de Elvis y el pequeño panteón que sobrecoge hasta al más ajeno al influjo del rey.

«Se me ha puesto la carne de gallina y me han salido unas lágrimas», confesaba Eli, la mujer de nuestro Elvis, que nunca compartió la devoción de su marido y que ha experimentado a su paso por Memphis una repentina y mística conversión... «Fíjate tú, que hasta me he comprado un cinturón de Elvis. ¿Quién me lo iba a decir?».


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